Juan
Henríquez
DECLARACIÓN DEL ARTISTA
My work is a journey through the terrain of vision, where seeing is both an instinctive flow and a deliberate act of interpretation. It is an exploration of perception—acknowledging the slow, often meandering path toward understanding. As I paint, I embrace the dual nature of vision: at times, it is a casual drift of the eye; at others, it becomes an intense, focused effort to extract meaning from what is observed. Art exists in the tension between these two modes—between the intuitive act of looking and the intellectual drive to decode what we encounter.
I lean into the fragmentary nature of my process, allowing forms to emerge, shift, and dissolve. What begins as an ambiguous stain or gesture gradually suggests something more familiar—a body, an object, an emotion. Yet, these glimpses never fully solidify; they remain suspended in an unfinished state, offering only partial insights into a larger, elusive whole. This uncertainty is essential to my practice. I am less concerned with achieving a perfect likeness or clear representation, and more invested in capturing the process of becoming—a state where forms are constantly in flux, where the material and the conceptual coexist in an ongoing dialogue.
My practice navigates between what is seen and what is felt, between the visible and the unseen. The fragmented, sometimes chaotic quality of my compositions reflects the dynamic interplay between the conscious and unconscious, between form and formlessness. I invite the viewer to step into this unstable terrain—to engage with the incomplete, the accidental, and the ambiguous—and to embrace the liberating uncertainty that the visible world holds.
PINTURAS





















Obras en papel








ACERCA DE
JUAN HENRIQUEZ
Maracaibo-Venezuela 1980.
Artista visual. Inició sus estudios de arte en 1995 en la Escuela de Arte Julio Árraga y posteriormente en la Academia Superior de Arte Neptalí Rincón, ambas en Maracaibo, Venezuela. Entre los cursos intensivos más importantes se encuentran Producción artística, Promoción cultural, Gráfica experimental, Litografía. En 1999 fue miembro cofundador del Colectivo de Arte La Tintota, desarrollando proyectos de arte público, laboratorios de arte y exposiciones colectivas con el apoyo y tutoría de los maestros del arte José Ramón Sánchez pintor surrealista y Víctor Fuenmayor crítico de arte, escritor y pedagogo de arte. Su obra ha sido presentada en exposiciones nacionales e internacionales en Bélgica, Rumania, Brasil, Argentina, Colombia, Perú, el Caribe holandés y Estados Unidos. En 2002 recibió el premio "Artista Joven" en el 27 Salón Nacional de Arte de Aragua, Maracay, Venezuela. Vive y trabaja en Miami, Florida desde 2006.
RUPTURA DEL GOCE EN LA MIRADA.
Con el título principal y con cada una de sus obras, el artista Juan Henríquez nos orienta a mirar dos determinaciones de la creación: la soledad y el goce. Dentro del juego artístico que reúne a creador y espectador, el goce introduce el término griego antiguo de aesthesis como un dinamismo conector placentero que recoge el proceso de emisión y recepción de la obra.
Puedo traducir la aesthesis griega a lo que el semiólogo francés contemporáneo Roland Barthes llama “punctum” asociándolo a un toque que llega al lector a través de los significantes ya que es un fragmento de la obra que sale de su espacio hacia el espectador para tocar o herir su sensibilidad.
Esta vez no soy yo quien va a buscarlo (…), es él quien sale de escena como una flecha y viene a castigarme. El punctum (…) es esa casualidad en la que me toca (pero que también me hiere, me pincha).
(BARTHES, Roland, 1990, La cámara lúcida, pág. 64-65).
Cuando hablo del juego me refiero a la elaboración de la forma significativa que implica toda acción poética y artística en el trabajo con la materialidad de los lenguajes: las líneas, los colores, la energía del trazo. En esta zona imaginaria de la materialidad pictórica que toca al creador y al espectador, podemos destacar un punto de unión o goce, no obvio, en las obras de Juan Henríquez que se entrelaza entre el cuerpo, las imágenes y los signos que llamaremos “Punctum” de los anagramas pictóricos –como un juego de fusión significativa de diversos lenguajes-, lo que puede despistar al principio, antes de que el lector comprenda las reglas del juego por parte del autor que consciente o inconscientemente, establece conexiones entre el cuerpo del goce y las formas visuales y literales que implican puentes entre el imaginario lingüístico de las letras y las imágenes pictóricas.
Todo acto gozoso contiene su sombra y como se puede comprobar por el uso del color negro (contrastando con el celeste, azul, gris, blanco, rojo), en las agitaciones del gesto pictórico nos dice algo de esa coyuntura de pureza e impureza, sublimación y perversión, que puede dar cabida al espacio estético del goce. En esos temas cotidianos donde el artista no abandona la simbolización estética ni olvida los actos más oscuros u ocultos de la corporeidad, el lector tiene que liberar su imaginación hasta poder sentir el goce de esa diversidad de materiales, técnicas pictóricas y ese camino corporal de la figuración erótica.
Una simple ilustración de lo que une al significante pictórico de la figuración al objeto deseado y a un cuerpo deseante se puede ver en La Mesa cuya abstracción la lleva a buscar sentido en una figura híbrida: dibujar un ángulo verde con trazos gruesos (¿Mesa del goce?) y una forma ovalada y blanca con una punta gruesa similar a un pezón (¿libido oral proyectada a un objeto?) Esquina lineal verde tal vez el significante Una simple ilustración de lo que une al significante pictórico de la figuración al objeto deseado y a un cuerpo deseante se puede ver en La Mesa cuya abstracción la lleva a buscar sentido en una figura híbrida: dibujar un ángulo verde con trazos gruesos (¿Mesa del goce?) y una forma ovalada y blanca con una punta gruesa similar a un pezón (¿libido oral proyectada a un objeto?) Esquina lineal verde tal vez el significante
Víctor Fuenmayor
Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte
Junio de 2016
MAPA HISTÉRICO
“La obra pictórica de Juan Henríquez parte de esa duplicidad psicosensible que nos permite mirar sin reglas y percibir con atención al mismo tiempo. Esta alternancia de lo espontáneo y lo deliberado es coherente con su manera de trabajar, dejar que las cosas sucedan, que surjan las imágenes, para luego atar cabos o establecer conexiones, ya sea en el espacio visual o en el ámbito de las ideas. Se trata de aceptar la tarea de ver en su doble condición de ser un acontecimiento lúdico pero también un vehículo cognitivo.”
“Henríquez propone una fenomenología propia que va de la materia pictórica al gesto configurador, salpicado de acentos sinestésicos, capaz de recoger sonidos y palabras que se amplifican o atenúan según la dimensión del soporte. Confluencia de lo visual, lo acústico y lo narrativo, todo encadenado: el silbido del spray, el trazo sordo de los crayones y el lápiz, el leve ruido del pincel rastrillando la tela y el murmullo de la calle mezclado con una canción. En realidad, lo que sucede en estas obras está enmarcado por la experiencia del artista que nos permite, eso sí, ser testigos del espectáculo de su intenso trabajo.”
“Mapa histérico”, título de su exposición individual en Laundromat Art Space, propone un mapeo del proceso pictórico, como vehículo especulativo y dispositivo de introspección psíquica. A su manera, Henríquez configura un paisaje psicográfico de rasgos mixtos. En ese territorio no hay coordenadas fijas, ni ideas preconcebidas; solo indicios de un itinerario lleno de expectativas, donde lo familiar y lo extraño cohabitan.”
Féliz Suazo
Curador
Noviembre 2021